En el blog anterior, definíamos el Time On Market como la variable a optimizar en el proceso inmobiliario y para modularla disponíamos de cuatro herramientas:
Oferta, precio, calidad y marketing.
Pero que pasa cuando captamos una finca, le hacemos gratuitamente una valoración al vendedor que siempre está por debajo de sus expectativas y nos da el argumento devastador: "Creo que mi finca vale mas. Ademas...no tengo prisa por vender..."
Ante esta respuesta tenemos dos opciones:
a) Aceptar el precio que propone el vendedor, cargamos nuestro stock con una finca con pocas posibilidades de venta, incrementamos nuestros costes variables y nos olvidamos de optimizar nuestro Time On Market, es decir penalizamos nuestra cuenta de resultados.
b) Argumentar que en un mercado recesivo como el actual, lo único que va a conseguir es que cada día que pase su finca valdrá menos. Para justificarlo es conveniente llevar en nuestra maleta de herramientas de negociación, gráficos con el número de transacciones y evolución del precio medio de la zona ó municipio.
El preciómetro de Facilísimo y las estadísticas del Ministerio de la Vivienda nos pueden facilitar esta información, aunque nuestro propio histórico de ventas es la mejor opción.
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